08 marzo 2006

desconcierto.com

Por mucho que se le intente quitar importancia, lo cierto es que en el último año y medio son ya varios (y sonados) los casos de grupos que deciden abrazar su lengua natal tras flirtear en varios discos con el inglés. Estoy de acuerdo en que ello nos permite a los oyentes juzgar con más criterio el trabajo de ciertos artistas, pero a algunos les ha salido el tiro por la culata. Y así llega el tercer trabajo de Bloomington, con la duda de si saber lo que dicen (el inglés de muchos de nosotros es lo suficientemente malo como para sólo entender algún "alone" o "pain" entre los guachu guachus) redundará en la imagen (buena) que tenemos del grupo.

Pero Bloomington son una banda con ganas de contarnos cosas y de hacerse oír, y el propio título del álbum y de las canciones defienden esta idea: "Madrid Rock", "La Corporación", "Trenes rigurosamente vigilados"... E inevitablemente, sobre todo en las primeras escuchas, tiendes a centrar tu atención en las letras densas, un tanto amargas aunque de conclusiones optimistas y que denuncian y acusan, pero sin caer en la evidencia, haciendo necesario leer entre lineas. El sonido del cuarteto (después de publicar su segundo disco incorporaron a Carlos Rubio como segundo guitarrista) se ha tornado un poco más reposado desde aquel primer álbum, "The Magic Bullet Theory", dejando a un lado los guitarrazos más salvajes, sonando más limpios y contenidos, logrando que las canciones se enlacen unas con otras de forma que se reflejen en un trabajo homogéneo y que transcurre con gran fluidez, aunque eso no resta mérito a temas como "Lugares Comunes" y las anteriormente citadas, como "La Corporación", bailable y rabiosa, ofreciendo así los momentos más intensos y que terminan dibujando un cielo nublado y una ciudad gris. Indie-rock que huele a una ciudad contaminada, pero que deja abierta una ventana a la esperanza.

Texto: Sergio M.

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