20 marzo 2006

thebellemusic.com

¿Hacia donde mira el chico de la gorra que figura en la portada del disco de Bloomington?,o en todo caso ¿Qué se quiere negar a ver? El problema cuando quieres decir mucho es que si no tienes claro el discurso el tiro te puede salir por la culata, te puedes volver soso y aburrido. Los folletos desplegables que se incluyen en algunos discos casi nunca dicen nada, se hacen innecesarios y -siendo prácticos- ponerlos dentro de la caja nuevamente es un coñazo. Los discos conceptuales -la mayoría de ellos- tienen bien ganados el calificativo de "infumables" como norma de descripción. Hasta ahí bien... o bastante mal, vamos. El caso es que Activando la disidencia -el primer disco de los de Cáceres en español- podría muy bien terminar contradiciendo todo lo malo que le acabo de achacar a este tipo de trabajos.

Desde "Empezar otra vez" hasta "lear" los Bloomington parecen desarrollar una especie de obra de teatro con sus divisiones en actos, y lo que me parece más interesante es que tanto música como diálogos se hacen complementarios hasta el punto en que, como la escena cumbre de una obra, cuando la voz calla, son los instrumentos los que parecen seguir desarrollando la historia (si es que la hay) ya sea con guitarras rítmicas de un pop bastante clásico, pero motivante, o bajos y baterías trotones que funcionan de maravilla en canciones como "la corporación", hit innegable de este disco. Podría citar a muchas bandas que transitan los caminos que aquí hacen acto de presencia, pero como dicen ellos mismos en "Madrid Rock" se tienen que dejar de lado las explicaciones... Al menos las que llevan a un tópico tan manoseado como el de las "influencias", vale la pena llegar al plástico sin anticipar "otros nombres".

No es necesario enchufar demasiada distorsión y gritar con fuerza para llamar la atención, se trata de tener canciones de calidad, canciones que funcionen sin disfraz y en el caso de Bloomington todas ellas parecen estar sacadas de raíz, cosechadas sin químicos. A este paquete de melodías se les ha protegido de la lluvia ácida que pudiera derretirlas. Probablemente a primera escucha quede la sensación de que la banda tiñe sus canciones de cierto aire político, cierto tufillo trasgresor light pero no se engañen, mientras más gire "activando la disidencia" más trucos y artilugios se van apareciendo en el camino y cualquier aire "trascendental aburrido" se quiebra a favor de la música y de las canciones.

Los edificios ciertamente representan ese aire vacío que respira el arte de este disco; pero son, acompañantes como estos, los que llenan ese vacío inmobiliario y sentimental en el que probablemente tengamos que vivir muchos años, los que convierten nuestras habitaciones en hermosos campos de batalla.

PD: se agradece la inclusión de un folleto con las letras de las canciones, vale la pena el trabajo que da volverlo a poner en su respectivo lugar.

por Jorge Paez

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